Si has sentido que cada vez que intentas dejar a tu bebé en la cuna, se despierta como si la cuna estuviera hecha de pinchos, no estás sola. Es un fenómeno tan común que muchas mamás podrían escribir un libro sobre sus intentos fallidos de conseguir que su pequeño duerma tranquilamente.
El «radar» de los bebés
Primero, hay que reconocer el «radar» que los bebés parecen tener. Ellos sienten cuando los separas de tus brazos calentitos y seguros. Este instinto tiene sus raíces en la supervivencia. Para un recién nacido, el contacto constante con su mamá o papá representa seguridad. Estar lejos puede sentirse como un riesgo, incluso si están perfectamente seguros en la cuna.
El cambio de temperatura
Uno de los mayores culpables es el cambio de temperatura. Tu cuerpo es como una mantita calentita para tu bebé. Cuando lo colocas en una cuna fría (o incluso tibia comparada con tus brazos), su cuerpecito lo nota y, muchas veces, se despierta. Este cambio repentino puede interrumpir ese sueño profundo que tanto trabajo te costó conseguir.
El reflejo de Moro
Ese movimiento brusco de brazos y piernas que hacen los recién nacidos cuando sienten que caen se llama reflejo de Moro. Si el bebé está en un sueño ligero y siente que lo dejas en la cuna sin suficiente soporte, podría activarse este reflejo y despertarse.
Cómo ayudar a que la cuna no «tenga pinchos»
Aquí te dejo algunos trucos que pueden hacer que este momento sea menos desafiante:
- Calienta la cuna antes de colocar al bebé: Usa una bolsa de agua caliente o una manta térmica para templar el colchón. Asegúrate de quitarla antes de acostar al bebé.
- Envuelve a tu bebé: Un arrullo o un saco de dormir puede ayudarlo a sentirse contenido y seguro, como si siguiera en tus brazos.
- Coloca a tu bebé con cuidado: Trata de apoyar primero los pies y después el cuerpo, para que no sienta una caída repentina.
- Aprovecha el sueño profundo: Espera unos 15-20 minutos después de que tu bebé se duerma en tus brazos. En ese momento debería estar en un sueño más profundo y menos propenso a despertarse.
- Rutinas consistentes: Un ritual antes de dormir (como un baño tibio o una canción suave) puede ayudar a tu bebé a asociar la cuna con un lugar seguro y relajante.
Recuerda, esto es una etapa y no durará para siempre (aunque en este momento pueda parecer eterna). Tu bebé está aprendiendo a sentirse seguro en su nuevo mundo, y cada vez que lo consuelas y lo ayudas a dormir, le das esa seguridad que necesita.
¡Ánimo, mamá! Este es solo uno de los muchos retos de la maternidad, y lo estás haciendo de maravilla.
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